Ha comenzado el itinerario celebrativo de los 60 años de Sacrosanctum Concilium, la constitución del Concilio Vaticano II que reformó y renovó la liturgia. Por ello, este 28 de septiembre el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) convocó a presidentes y secretarios ejecutivos de las comisiones de liturgia.
Con este primer encuentro, titulado “Memoria, actualidad y desafíos de la renovación litúrgica en América Latina y el Caribe a 60 años de Sacrosanctum Concilium”, los integrantes de las comisiones han compartido el camino recorrido en estos 60 años de renovación litúrgica para reconocer logros y tareas pendientes.
El padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Celam, explicó que “este era un paso inicial de cara a la celebración de los 60 años de la Sacrosanctum Concilium y, en especial, retomar el rico y fecundo caminar de la Iglesia latinoamericana en el tema de liturgia en todos estos años”.
A partir de la renovación y reestructuración del Celam, el antiguo departamento de misión y espiritualidad del Celam “cuenta con otras dimensiones y hemos ido retomando el acompañamiento pastoral, por eso este encuentro busca precisamente eso, el acompañamiento a la dimensión litúrgica”.
Primeros pasos de la pastoral litúrgica
Felipe de León, sacerdote de la diócesis de Yucatán (México), licenciado en liturgia por Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo (Roma) y fue secretario ejecutivo del anterior departamento de misión y espiritualidad del Celam (2011-2017) y es el actual presidente de la Sociedad Mexicana de Liturgistas.
El padre Felipe hizo un recorrido histórico de la liturgia en América Latina y el Caribe a partir de la creación del Celam en 1956: “Son 67 años que lleva el Celam sirviendo a la pastoral litúrgica de la Iglesia en América Latina y el Caribe” y “desde la primera Asamblea Ordinaria del Celam, en 1956, se nota interés con la Liturgia de nuestro Continente”.
Recorrido que arrancó con el primer Subsecretariado con dos tareas específicas: “Recolectar material existente en los países y diócesis de América Latina sobre la
práctica de la misa dominical y enseguida desarrollar una campaña masiva con miras
a incentivar a los fieles al cumplimiento del precepto dominical”.
Una segunda tarea que consistió en “traducir a los idiomas español y portugués las partes del Ritual Romano que ya se podría decir en lengua vernácula”. Un primer tramo con el cual el Celam en su momento ha “primereado” la liturgia inculturada.
Fueron dándose así pasos concretos para activar la Pastoral Litúrgica, por consiguiente, desde el incipiente Celam deciden:
a) Formación de un equipo de asesores.
b) Estudio de la orientación pastoral de la campaña inicial para el cumplimiento del
precepto dominical.
c) Elaboración de un folleto a base de textos pontificios, que no logró realizarse.
d) Contacto con movimientos litúrgicos.
De tal forma como “en todas y cada una de las diócesis, así como hay una Comisión para el Arte y la Música Sacra”, la segunda Asamblea ordinaria del Celam animó la creación de un apostolado litúrgico como reposa en sus primeras actas.
Fue en la tercera Asamblea Ordinaria (10 al 16 de noviembre de 1958), en Roma, cuando monseñor Manuel Larraín Errazuriz, Obispo de Talca (Chile) y segundo vicepresidente del Celam presenta los trabajos hechos para el “Ritual Bilingüe”.
“En esta misma Asamblea se ve la urgencia de una actualización vital de la Liturgia y para conseguirlo dispone: 1) Revalorizar la Palabra de Dios; 2) Realizar Misas comunitarias; y,
3) Dar al altar y decoración de la Iglesia toda su expresión litúrgica”, explicó de León.
Primer departamento de Liturgia
En 1964, al calor de la 3.ª Sesión del Concilio, con una reestructuración global del sistema de trabajo del Celam, se crean varios departamentos, entre estos, el de liturgia. Su primer presidente fue monseñor Enrique Rau, Obispo de Mar del Plata (Argentina).
Su principal tarea fue la de crear el Instituto de Liturgia. “Así se quiso responder a las inquietudes del Concilio Vaticano II y a la necesidad de preparar los agentes de la pastoral litúrgica en Latinoamérica”.
Este Instituto de Liturgia se crea un 15 de julio de 1965. En el acta fundacional reza: “El Instituto de Liturgia Pastoral es una entidad de carácter científico-pastoral cuyas finalidades principales son el estudio y la investigación de la liturgia, la formación de expertos y la ayuda a las comisiones litúrgicas que requieran sus servicios, a tenor de artículo 44 de la Constitución de Liturgia para todo lo cual gozará de autonomía, propia de esta clase de instituciones”.
El Medellín de la Liturgia
Tras la celebración de la II Conferencia General del Episcopado, celebrada en Medellín (1968) se establecieron “líneas teológico-pastorales que sirvieron de marco referencial a las tareas del Departamento”. Es así como los obispos expresaron su voluntad de “asumir de modo eficaz su papel de liturgo, promotor, regulador y orientador del culto”.
Con el encuentro de Reflexión Litúrgica Pastoral, celebrado del 17 de julio hasta el 19 de agosto de 1972 se cumple este mandato de la II Conferencia del Episcopado. Con este ‘Medellín de la liturgia’ “los frutos son variados, múltiples y difíciles de enumerar”, porque surgen figuras emblemáticas de este tema y se adquiere un nuevo calibre.
También, a partir de este encuentro, la Santa Sede encomendó al Celam, mediante su Departamento de Liturgia, la creación de la Comisión Latinoamericana para los libros que sustituiría a la Comisión Mixta Celam- España, creada en 1966.
Luego entre 1972 hasta 1979, el Departamento de Liturgia del Celam lideró las acciones “con sólidos principios doctrinales: cristológicos y eclesiológicos” teniendo dos grandes hitos: Documento Estudio de Medellín (Colombia, 1976) y el II Encuentro latinoamericano de Liturgia (Venezuela, 1977).
Aportes de Puebla y Santo Domingo
En el Periodo que corresponde a las Conferencias Generales del Episcopado: la 3.ª en Puebla (1979) y la 4.ª en Santo Domingo (1992), cabe destacar que desde el departamento de liturgia del Celam trabajó para incorporar elementos de estos acontecimientos eclesiales.
En el caso de Puebla integraron tres elementos: “Liturgia, Oración Particular y Piedad Popular” y para eso definió su objetivo de la siguiente manera: “Promover la celebración del Misterio Pascual de Cristo en el hoy de nuestra historia, con expresiones culturales adecuadas (SC 37-40) y con la mutua fecundación entre Liturgia, Oración Particular y Piedad Popular (DP 465), de manera que la Liturgia sea cumbre y fuente de compromiso de vida cristiana (SC 10), signo de la comunión eclesial e instrumento de liberación.
En el caso de Santo Domingo, establecieron “colaborar con las Conferencias Episcopales en la promoción de la Liturgia viva e inculturada, para que las celebraciones de la fe del Pueblo de Dios sean fuente de Nueva Evangelización y contribuyan a la transformación de América Latina”.
Departamento de misión y espiritualidad
Entre 1999 y 2003, El departamento de liturgia reitera su compromiso “de estar a disposición de las Conferencias Episcopales para comprender más intensamente la celebración del Misterio Cristiano como lugar privilegiado de encuentro con Jesucristo vivo y fuente de donde emana la Nueva Evangelización, se anima la Promoción Humana y se incultura el Evangelio, en una Iglesia misionera al servicio del pueblo Latinoamericano y del Caribe en la esperanza del Reino definitivo”.
Publicaron en 2000 los volúmenes: I, II, III y IV del Manual de Liturgia y luego asumieron la tarea de revisar el Pontifical Romano, “cuya edición tiene muchos años de haberse agotado”.
En 2003 comienza un nuevo cuatrienio en el Celam. Allí simplifican su estructura y crean siete departamentos, desaparece el de liturgia, el cual asume el nuevo departamento de misión y espiritualidad.
De Aparecida a la Actualidad
Llega la V Conferencia General del Episcopado en Aparecida (2007). La Sección de Liturgia, durante estos años implementa una serie de programas que “ayude a
implementar la Misión Continental y llevar a la Iglesia latinoamericana y caribeña, a
despertar en sus fieles su identidad de discípulos misioneros”.
Es así como se promueve el estudio y uso del Ritual de Iniciación Cristiana-RICA de acuerdo con las orientaciones de Aparecida y “se intensifica la formación litúrgica de los agentes de pastoral, desarrollando materiales de formación litúrgica para que estos agentes crezcan como discípulos misioneros”.
A partir de 2011 el entonces departamento de misión y espiritualidad diseña el programa: “Liturgia, Fuente de Comunión y Misión” para “animar y fortalecer la vida litúrgica, mediante una espiritualidad de comunión y una renovada formación y acción pastoral, para que impulse la dimensión misionera de la Iglesia de América Latina y El Caribe”.
Se publican en este periodo (2011-2015) los volúmenes V (Documentación postconciliar latinoamericana) y VI (Praenotandos), del Manual de Liturgia; el Manual de Piedad Popular y el Manual de Misionología.
Entre 2015 a 2019, se realizan diversos encuentros, entre los que se destacan: I congreso
latinoamericano y caribeño de liturgistas “Hacia una liturgia inculturada en América Latina y El Caribe” (2015); Encuentro Continental de CONALI’S, con el tema de “La Inculturación de la Liturgia” (2017) y la Semana latinoamereicana y caribeña de iniciación a la vida cristiana “La Iniciación a la vida cristiana en el proceso evangelizador de la Iglesia” (2019).
Por supuesto, la Asamblea Eclesial (2021) retomó el legado de Aparecida y en su texto de reflexiones y propuestas pastorales, presentado al Papa Francisco en octubre de 2022, se aborda la Dimensión espiritual, litúrgica y sacramental, con el que se actualiza este camino iniciado en 1956 y apostillado con el Concilio Vaticano II.