(VATICAN NEWS) Continuamos las catequesis dedicadas a los testigos del Evangelio, que son ejemplo de celo apostólico. Hoy reflexionamos sobre los monjes y las monjas; ellos son hermanos y hermanas que renuncian a sí mismos y renuncian al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la castidad y la obediencia, y rezan intercediendo por todos. Lo que anima la vida de estos consagrados es el amor, que se traduce en la oración de intercesión. Ellos rezan por nosotros. Podemos decir que su plegaria incesante es una fuerza invisible que sostiene la misión de la Iglesia.
Un modelo de intercesión, por ejemplo, es san Gregorio de Narek, un monje armenio que vivió alrededor del año mil. En sus escritos, que combinan poesía y oración, destaca su sentido de solidaridad universal. Él es consciente de que comparte el destino de todos los hombres y dedica su vida a interceder por ellos. Su celo apostólico nos enseña a pedir misericordia para el mundo, rezando por los que no rezan y no conocen a Dios.