El aviso del Papa a los curas para no dormir a los fieles: “Las homilías, breves, no más de ocho minutos”

El Papa, improvisando, destacó la importancia de que las homilías sean breves: "La homilía no debe durar más de ocho minutos, debe ser breve, porque después de ese tiempo, se pierde la atención y las personas se duermen, y tienen razón... Quiero decirlo a los sacerdotes, que hablan mucho, muchas veces y no se entiende de qué hablan"

La "revelación" centró la catequesis del papa Francisco en la audiencia general de este miércoles, señalando que "el Espíritu Santo, que inspiró las Escrituras, es también el que las explica y las hace eternamente vivas y activas", de tal manera que, como señaló, "un determinado pasaje de la Escritura, que hemos leído muchas veces sin ninguna emoción particular, un día lo leamos en un clima de fe y de oración y, de repente, ese texto se ilumine, nos hable".

La "revelación" centró la catequesis del papa Francisco en la audiencia general de este miércoles, señalando que "el Espíritu Santo, que inspiró las Escrituras, es también el que las explica y las hace eternamente vivas y activas", de tal manera que, como señaló, "un determinado pasaje de la Escritura, que hemos leído muchas veces sin ninguna emoción particular, un día lo leamos en un clima de fe y de oración y, de repente, ese texto se ilumine, nos hable, arroje luz sobre un problema que vivimos, aclare la voluntad de Dios para nosotros en una situación determinada".

 "¿A qué se debe este cambio, si no a una iluminación del Espíritu Santo? Las palabras de la Escritura, bajo la acción del Espíritu, se vuelven luminosas", añadió el Papa, quien destacó también que "la Iglesia se nutre de la lectura espiritual de la Sagrada Escritura, es decir, de la lectura realizada bajo la guía del Espíritu Santo que la inspiró".

"Una forma de realizar la lectura espiritual de la Palabra de Dios es la práctica de la lectio divina. Consiste en dedicar un momento del día a la lectura personal y meditada de un pasaje de las Escrituras", señaló, aunque, añadió, "la lectura espiritual de las Escrituras por excelencia es la lectura comunitaria que se realiza en la Liturgia y, en particular, en la Santa Misa".

En este sentido, afirmó el Papa que "la homilía debe ayudar a trasladar la Palabra de Dios del libro a la vida", porque "entre las muchas palabras de Dios que escuchamos cada día en la misa o en la Liturgia de las Horas, siempre hay una que está destinada especialmente a nosotros" y "si la acogemos en nuestro corazón, puede iluminar nuestra jornada y animar nuestra oración. ¡Se trata de no dejar que caiga en saco roto!".

En este punto, el Papa, improvisando, destacó la importancia de que las homilías sean breves: "La homilía no debe durar más de ocho minutos, debe ser breve, porque después de ese tiempo, se pierde la atención y las personas se duermen, y tienen razón... Quiero decirlo a los sacerdotes, que hablan mucho, muchas veces y no se entiende de qué hablan. La homilía tiene que ser breve, un pensamiento, una cosa de acción y no más de ocho minutos". Igualmente, recomendó llevar un pequeño evangelio en el bolsillo.

Finalmente, y la hora de los saludos a los peregrinos asistentes, el Papa volvió a reiterar su habitual petición de que "no nos olvidemos de la martirizada Ucrania, no nos olvidemos de Palestina, de Israel, no nos olvidemos de Myanmar y de tantos países que están en guerra. Recemos por la paz. Hoy se necesita la paz, la guerra siempre, desde el primer día, es una derrota. Recemos por la paz, que el Señor nos dé fuerza para luchar siempre por la paz".

Tomado de RELIGIÓN DIGITAL
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