El Cardenal Marc Ouellet nos comparte una reflexión oportuna que, a raíz de la promulgación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium y confirmando algunas innovaciones introducidas por anteriores disposiciones pontificias en la óptica de la conversión misionera de la Iglesia, ha venido a poner en relieve una controversia presente desde hace tiempo en la historia de la Iglesia con la decisión de integrar a los laicos en el gobierno de la Curia Romana, osea, si el poder de gobierno está o no necesariamente vinculado al sacramento del Orden, y si es el sacramento del Orden el origen de la «potestad de jurisdicción», o es más bien una atribuición exclusivamente a la missio canonica atribuida por el Papa, que conferiría así una delegación de sus propios poderes a cualquier persona que ejerza una función de gobierno en la Curia Romana.
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