LOS RETIROS MENSUALES
“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto” Romanos 12:2
Como sacerdotes estamos llamados a renovar nuestro ministerio constantemente. La Iglesia nos pide que dispongamos de un tiempo para realizar retiros espirituales cada año, como encomienda de la imperante necesidad de disponer nuestro espíritu para renovar nuestro compromiso de servicio y amor a nuestra vocación.
Sin embargo, el llamado es a propiciar espacios mensuales para realizar un retiro espiritual, que nos permita desconectarnos por un día o por unas horas de las actividades cotidianas, y entrar en la soledad y el silencio que permiten que acontezca con mayor facilidad el encuentro amoroso con Dios. Es esta una necesidad para el fortalecimiento de la vida espiritual, que nos pide que hagamos una pausa a los trajines del día a día, que en muchas ocasiones nos distancian del verdadero sentido y rumbo de nuestro ministerio sacerdotal.
Los retiros espirituales mensuales son la oportunidad para poner en orden ideas, para serenar el corazón y para discernir cuestiones fundamentales que conciernen a nuestra vida espiritual y pastoral. Son además un tiempo de encuentro con nosotros mismos y con Dios, que nos espera para escucharnos y para hablarnos a través de la oración y la contemplación. Para lograr provecho en estos retiros espirituales mensuales, te vamos a dar algunas recomendaciones.
- Dispón de un lugar apropiado que te permita el silencio, la calma, la serenidad y que te aísle de las distracciones cotidianas. Quizás puedas pasar un día, una mañana o una tarde entera en alguna comunidad religiosa, en una capilla solitaria, en donde logres disponer tu mente y corazón para el encuentro espiritual.
- No pongas excusas y no pospongas la realización del retiro espiritual. Aparecerán compromisos, otras actividades por realizar y a veces lo urgente nos roba la posibilidad de atender lo importante. Comienza a considerar los retiros espirituales mensuales como una prioridad en tu vida, planifícalos, organiza con tiempo el espacio y el momento que vas a disponer para ello, y no temas el encuentro y confrontación contigo mismo y con Dios.
- Acude a charlas y meditaciones que te ayuden al fortalecimiento espiritual, el afianzamiento de las verdades fundamentales de la fe y la comprensión de aquellas doctrinas de la Iglesia. Apóyate en libros, videos y podcast que te resulten interesantes y provechosos para el retiro espiritual.
- Acércate al sacramento de la reconciliación, pon delante de Dios tus pecados, debilidades y faltas que te alejan de Dios. Vivir constantemente el sacramento de la reconciliación con un corazón sincero y arrepentido, te ayudará en el camino de la santidad.
- Dedica un buen rato para la adoración al Santísimo. Ahí delante de Dios, de rodillas ante su presencia sacramental, háblale con confianza y escucha lo que Él quiere decirte. Ambienta esta adoración al santísimo con rezos, cánticos e himnos, que solemnicen este momento.
- Examina tu conducta y conciencia. Revisa tu vida en relación con Dios y con el prójimo y realiza propósitos de cambio. Esos propósitos, grandes o pequeños, te ayudarán a alcanzar las gracias de Dios en el camino que te ha sido encomendado, viéndose sus frutos en las obras de cada día.
Dejamos abierta la invitación para que dispongamos nuestro tiempo, espacio y corazón para el encuentro íntimo con el Señor y con nosotros mismos. Así nos lo recuerda el Papa Francisco: «Los hombres y las mujeres de hoy necesitan encontrar a Dios y conocerlo “no de oídas”. (…) un buen curso de Ejercicios Espirituales contribuye a renovar en quien participa la adhesión incondicional a Cristo y ayuda a entender que la oración es el medio insustituible de unión al Crucificado». Que sigamos pues adheridos a Jesús en la cruz, en el sacramento del altar y en nuestros hermanos.
PADRE JOHN FREDY CÓRDOBA BEDOYA