“POR EL CAMINO DE EMAÚS “

Así como el Señor Jesús se hizo el encontradizo en el recorrido de los discípulos que regresaban de Jerusalén, también me ha acompañado para traerme a ” Emaús”, explicarme las Escrituras y partir conmigo el Pan para que esté en intimidad con Él, porque en su sabiduría conocía como estaba mi vida, sin fuerzas, sin esperanzas, sin suficientes motivaciones con fatigas y con desencanto.

Aquí la bondad divina me ha permitido encontrarme conmigo mismo delante del Señor para decirle cómo estoy, cómo me siento, que quiero, que necesito, cuales son mis heridas, mis miedos, mis sufrimientos y mis pecados. Y en esa oportunidad de  encuentro personal, he vivido un proceso de sanación, de perdón, de conocerme más, aceptarme y forjar un firme propósito de ser mejor.    

El programa Emaús es muy integral y facilita la formación permanente, con personas muy calificadas, la vivencia espiritual personal y comunitaria, la devoción a la Santísima Virgen María, espacios de deporte e integración en comunidad, salidas a lugares representativos de la Diócesis de Sonsón Ríonegro para conocer la realidad de esta Iglesia particular. Los tres sacerdotes que están a cargo del programa y acompañan ( el padre Carlos Alberto, José Eugenio y Fernando) hacen posible que se viva un ambiente muy fraterno por su sencillez, alegría, cercanía y testimonio. La casa es un lugar muy especial para descansar y se presta para cumplir el objetivo del programa.  

Ha sido un momento muy sublime en mi vida ministerial, donde he tenido la posibilidad de redescubrir el valiosísimo tesoro que sigo llevando en esta vasija de barro que el Alfarero Divino ha restaurado.

Al Señor  le doy gracias por haberme permitido estar en tan maravilloso lugar y por tan grande experiencia de renovación sacerdotal junto con otros hermanos que también con sus historias de vidas me han edificado y me han ayudado a entender que aunque somos vulnerables, el Padre Celestial nos sigue mirando con amor y bondad. Al llegar aquí me pregunté : “ Cómo llegué “? Y al finalizar esta etapa me pregunto: “Cómo me quiero ir “?, seguramente la respuesta desde mi corazón es: con mucho gozo, claridad , valorando más mi sacerdocio, comprometido a seguir adelante en mi formación, con  la alegría de regresar a “Jerusalén” a anunciar las maravillas que Él ha hecho en mí.

Eterna gratitud.

Padres Andrés.

Sacerdote Participante del programa EMAÚS

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