PRESBÍTEROS Y LAICOS EVANGELIZANDO JUNTOS

Una pregunta fundamental que debe hacerse cada presbítero es la de su relación con los fieles laicos, en especial con sus empleados y los comprometidos directamente con la evangelización, que deriva para ambos de la condición de bautizados, y para el presbítero, además por su ordenación sacerdotal. Ambos, presbítero y laico se implican entre sí, inconcebible el uno sin el otro en orden a la comunión fraterna y sin la reciprocidad y complementariedad conforme a los carismas y ministerios de cada uno en particular.  

Para facilitar una respuesta adecuada a dicha pregunta, conviene que cada presbítero se haga los siguientes cuestionamientos: ¿qué tipo de relación, afectiva o funcional mantiene con los laicos? ¿Estimula y valora el compromiso evangelizador de los laicos? ¿Proporciona los recursos necesarios para ellos evangelizar? ¿Hace la planeación pastoral parroquial o Institucional, en todas las etapas, escuchándolos y teniendo en cuenta sus valiosos aportes? ¿Asume personalmente y con responsabilidad la formación integral de todos ellos? ¿Posee una estrategia para cerciorarse del buen criterio, sentido eclesial y suficiente capacidad de ellos para cumplir su misión? ¿Acepta y asume las exhortaciones que puedan hacerles los laicos con respecto a su comportamiento y forma de ejercer su ministerio sacerdotal? ¿Es detallista y agradecido por la presencia y compromiso de los laicos? ¿Es consciente que ellos tienen el derecho y el deber de evangelizar como servicio a la Iglesia y no al párroco? ¿Tiene claro que la misión específica de los laicos, y para la cual hay que formarlos, son las realidades seculares, como son la familia, la educación, los medios de comunicación, la política, la economía y la ecología? ¿Promueve y anima los ministerios laicales según los carismas de cada uno de ellos? ¿Acompaña y se responsabiliza de los miembros de los movimientos eclesiales que tanto bien hacen a la Iglesia? ¿Ora con los laicos y es maestro de oración para ellos?

Seguro que las respuestas serán tan variadas y enriquecedoras, cuantos presbíteros las reflexionen y asuman para la renovación de la parroquia o Institución Eclesiástica y un buen aporte al Sínodo que nos propone el Papa Francisco.  

La Pastores Dabo vobis, en el número 73, tiene una visión de la Iglesia como “misterio”, “Comunión” y “misión”.  El sacerdote debe crecer en la conciencia de la profunda comunión que lo vincula al Pueblo de Dios, él no está solo al frente “de” la Iglesia, sino ante todo “en” la Iglesia. Es hermano entre hermanos. La conciencia de esta comunión lleva a la necesidad de suscitar y desarrollar la corresponsabilidad en la común y única misión de salvación, con la diligente y cordial valoración de todos los carismas y tareas que el Espíritu otorga a los creyentes para la edificación de la Iglesia.

San Pablo VI escribía, en la carta encíclica, Eclesiam Suam, número 647 “hace falta hacerse hermanos de los hombres en el momento mismo que queremos ser sus pastores, padres y maestros. El clima de diálogo es la amistad. Más todavía, el servicio. El sacerdote ha de ser el hombre de la comunión y para la comunión.

El Nuevo Directorio para el Ministerio y vida de los Presbíteros, en el número 41, desarrolla el tema de la comunión de los Presbíteros con los Laicos. Hombre de comunión, el sacerdote no podrá expresar su amor al Señor y a la Iglesia, sin traducirlo en un amor efectivo e incondicionado por el Pueblo cristiano, objeto de su solicitud pastoral. Consciente de la profunda comunión, que lo vincula a los fieles laicos, y a los religiosos, el sacerdote dedicará todo su esfuerzo a suscitar y desarrollar la corresponsabilidad en la común y única misión de salvación; ha de valorar, en fin, pronta y cordialmente, todos los carismas y funciones que el Espíritu ofrece a los creyentes para la edificación de la Iglesia.  

Es de valorar las parroquias que tienen establecidos los grupos vocacionales, para apoyar a los seminaristas con el afecto, la oración y recursos económicos. Sería, igualmente, interesante, que cada párroco conformara un grupo de laicos que trabaje también en pro de los presbíteros del equipo sacerdotal de la parroquia.

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