Nació en Casale Monferrato (Italia), el 29 de Julio de 1914. Su padre muere cuando Luis tenía nueve meses. Dejando a su esposa de treinta años de edad, el peso de una familia numerosa y como única herencia, poca tierra para cultivar y mucha fe para transmitir a los hijos.

A la edad de nueve años, sufrió una terrible caída y se enfermó gravemente, permaneciendo inmóvil. Le diagnosticaron coxitis tuberculosa, con numerosos abscesos, por esto lo enyesaron, para mantener derechas sus piernas. Inicia así el peregrinar de hospital en hospital, sin obtener ningún resultado.

Por su parte, Luis Novarese poseía un equilibrio interior sólido y una fe a toda prueba. Y habiendo madurado desde su infancia una tierna y filial devoción a la Madre de Dios, marcó todo su camino de crecimiento cristiano con una constante referencia a la presencia y acción de La Virgen Santísima. Tal dimensión mariana se evidencia después en la fundación de sus obras con una repuesta al requerimiento de oración y penitencia que caracterizan las apariciones de Lourdes y Fátima. La oración, la intimidad con Jesús Eucarístico, la sincera devoción a la Virgen y el anhelo apostólico, lo conservaron confiado, alegre y sereno, siempre simpático, amigo de todos y “sembrador” de esperanza y alegría.

La cosa que más lo hacía sufrir era escuchar de los compañeros enfermos eran las groserías, y con grandes esfuerzos los ayudaba para que no siguieran diciéndolas.

En aquel ambiente, a la edad de 14/16 años, encontró sostenimiento y fortaleza en la Eucaristía y la devoción a la Virgen, en el enseñar el catecismo a los niños de su mismo pabellón en el hospital.

Mientras los médicos le decían a la mamá Teresa: “¡Señora, no malgaste su dinero, mas este joven no durará mucho! ¿No ve cuanto pus sale de sus heridas?

Responde ella en seguida: “¡hasta que tenga el último delantal para vender lo venderé para la salud de mi hijo!”, pues Luis tenía hasta 21 abscesos y arrojando casi un litro diario de pus.

La Señora Teresa permaneció sola con su pequeño hijo enfermo, y sin ninguna ayuda trabajaba de sol a sol confeccionando en su casa pantalones y camisas para hombre, por cuenta de empresas de confesiones de la zona. Y Luis de trece años, para agilizar el trabajo de la mamá, aprendió a hacer ojales y pegar botones.

El 17 mayo de 1931, a la edad de 17 años, Luís finalmente obtiene el tanto anhelado milagro, una sanación completa e instantánea. Sucedió así: Luis Novarese le escribe una carta al Padre Filippo Rinaldi, sucesor de Don Bosco, en la que le pedía el favor de orar por su sanción diciendo: “Don Bosco amaba a los jóvenes; ¡pues bien, yo también lo soy! ¿Quiere usted por favor orar y que otros oren para que yo me sane?”.

Esperando la respuesta del padre Rinaldi, Luis se soñó con la Virgen Auxiliadora representada en la estatua de la Basílica del Valentino en Casale, donde estaban los padres Salesianos. “La Virgen era bella. Se animó toda y me sonrió”.

Luis pidió a la Virgen: “Madre mía, ¿Me sanaré?”, y ella responde: “¡Sí!, en el mes consagrado a mi” luego él le pregunta: “¿Me haré sacerdote?”, la Virgen asintió, “¿Me iré al cielo?”, esta vez la Virgen sonrió”.
Entonces prometió a la Santísima Virgen que en caso de que fuera sanado, se dedicaría totalmente a las personas que sufren, pues había sufrido mucho en los hospitales por la forma como las personas enfermas eran tratadas.

Regresando a su casa su pensamiento fue, como le había prometido a la Virgen, de dedicar su vida a las personas enfermas. Continuó los estudios para terminar el bachillerato y así poderse inscribir a la facultad de medicina de Turín, pero la muerte de su mamá, en el 1935 lo condujo a una elección definitiva: descubrió en la vocación sacerdotal la vía para ofrecer una ayuda más radical y decisiva de servirle a las personas enfermas desde el punto de vista espiritual.

Guiado y sostenido del Padre Ferro, su director espiritual, el joven Luis fue enviado del Obispo de Casale a Roma, en el Almo Colegio Capranica. Viene ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1938 en la Basílica de San Juan de Letrán. Ejerció su primer ministerio sacerdotal en la parroquia de San Saturnino y de los Santos Patrones de Roma. Consiguió el título en sagrada Teología en 1939; en 1942 se graduó en Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana. En 1945 consiguió el diplomado de Abogado Rotal del Tribunal de la Rota (Santa Sede).

El Primero de mayo de 1942 fue llamado por Monseñor Giovanni Batista Montini, para trabajar en la Secretaria de Estado (Vaticano). Como redactor de breves pontificios, allí por veinte años Monseñor Montini, el futuro Papa Pablo VI, tendrá ocasión de apreciar sus cualidades de laboriosidad y tenacidad espiritualidad, discreción e inteligencia. Lo nombraron Camarero secreto supernumerario el 12 de marzo de 1952, prelado domestico de su santidad Pío XII el 17 de octubre de 1957, título que permite que sea llamado Monseñor.

Desde 1964 a 1977 dirige la oficina para la asistencia espiritual hospitalaria C.E.I. (Conferencia Episcopal Italiana) que visitaba sanatorios y centros hospitalarios, escuchaba a los enfermos, Capellanes y Monjas, trataba una red amplia de consultas a todos los niveles, seguía atentamente la evolución de los varios proyectos de ley y consiguió contribuir a la sanción de la nueva legislación sanitaria italiana. Mientras tanto empezó la realización de numerosas actividades de formación y obras benéficas al servicio de la pastoral del sufrimiento.

Luis Novarese muere a la edad de 70 años, el 20 de julio de 1984 en Rocca Priora (Roma), dejando un gran apostolado y una obra que está difundiendo por todo el mundo. Fue beatificado el 11 de mayo de 2013 por SS. Francisco.

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