BEATO MIGUEL SOPOĆKO
Nació el 1 de noviembre de 1888 en Nowosady (Juszewszczyzna), en aquel entonces parte de la Rusia Imperial. La autoridad zarista perseguía a la Iglesia Católica, y también a los polacos y lituanos dentro de sus territorios. En la familia Sopocko, que era de noble linaje, las tradiciones polacas y católicas se conservaban y fortalecían.
El joven Miguel maduró en esa atmósfera religiosa y patriótica. Sentía un fuerte deseo de servicio incondicional a Dios, a la Iglesia y a la humanidad, por ello ingresó al Seminario Mayor de Vilna. El 15 de junio de 1914, fue ordenado al sacerdocio por el Obispo Franciszek Karewicz.
Por cuatro años (1914-1918) ejerció su ministerio como vicario parroquial en Taboryszki, donde abrió dos misiones en Miedniki y Onżadw, así como diversas escuelas.
Informado por alguien de que las autoridades alemanas de la zona lo buscaban para arrestarlo, el dejó la parroquia y se trasladó a Varsovia. Allí asumió el cargo de capellán del ejército polaco. Mientras se dedicaba a su ministerio como capellán, ingresó a estudiar en la Facultad de Teología de la Universidad de Varsovia en la que obtuvo un doctorado. Al mismo tiempo, se graduó del Instituto Pedagógico Nacional. En 1924, se convirtió en uno de los coordinadores regionales de los capellanes militares, con sede en Vilna.
En 1927, el arzobispo Romuald Jalbrzykowski le encomendó la responsabilidad de ser el Director Espiritual del Seminario Mayor. Durante este mismo período fue profesor en la Facultad de Teología en la Universidad Stefan Batory, también en Vilna. Finalmente pidió al Arzobispo ponerlo en libertad de su pastoral castrense y del seminario. Su deseo era dedicarse totalmente a los estudios teológicos. En 1934, recibió el título de docente en teología pastoral. Mientras enseñaba, nunca olvidó la importancia del servicio pastoral.
Fue rector de la Iglesia de San Miguel y también sirvió como confesor de Hermanas de la Congregación de María Madre de la Misericordia.
Uno de los acontecimientos más importantes en la vida de Fr. Sopocko se produjo en 1933, cuando se convirtió en el director espiritual de Santa Faustina Kowalska. Él siguió prestando asistencia a la Santa después de que fuera trasladada a Łagiewniki, donde ella murió el 5 de octubre de 1938.
Como su confesor, él emprendió una evaluación completa de las experiencias místicas de Sor Faustina sobre la devoción a la Divina Misericordia. Siguiendo un consejo dado por él, ella escribió su “Diario.
Apoyado en la doctrina de la iglesia, buscaba los argumentos teológicos que explicaran la existencia de la cualidad de la misericordia en Dios y los fundamentos para fijar como fiesta el día mencionado en las revelaciones. Los resultados de sus investigaciones y los argumentos para introducir el día en el calendario festivo de la iglesia, los presentó en varios artículos en las revistas teológicas y en varios trabajos autónomos acerca del tema de la Divina Misericordia.
En 1938, él estableció un comité para construir la Iglesia de Divina Misericordia en Vilna. Sin embargo, este esfuerzo tuvo que ser detenido al iniciar la Segunda Guerra Mundial. Pero a pesar de la guerra y la ocupación alemana, Fr. Sopocko persistió en sus esfuerzos para promover la devoción a la Divina Misericordia. Lleno de celo, ayudó constantemente a aquéllos que fueron oprimidos y amenazados con el exterminio, por ejemplo, la numerosa población judía. Afortunadamente, él logró evitar ser arrestado.
En 1942, junto con los profesores y estudiantes del seminario, fue obligado a ocultarse cerca de Vilna. Permanecería oculto por dos años, fue en ese tiempo que Fr. Sopocko tuvo un rol importante en la creación de una nueva Congregación Religiosa. Según las revelaciones de Sor Faustina, esta Congregación tendría como fin promover la devoción a la Divina Misericordia. Después de la Guerra, él escribió la Constitución de la Congregación, y trabajó activamente en el crecimiento y desarrollo de lo que nosotros conocemos como la Congregación de las Hermanas de la Divina Misericordia.
Fr. Miguel Sopocko murió el 15 de febrero de 1975. Beatificado el 26 de septiembre de 2008 por S.S Benedicto XVI.