Nació en Chile, en la ciudad de Viña del Mar el 22 de enero de 1901. Su familia era muy cristiana y unida. En 1909 entró al Colegio San Ignacio, donde se distinguió por ser buen compañero, alegre, comunicativo y muy piadoso. Con gran generosidad, ocupaba su tiempo libre en visitar y ayudar a los más necesitados. Entró al noviciado y después de largos estudios y pruebas, fue ordenado sacerdote en 1933, en Bélgica.
Reunió a un grupo de personas generosas que dieron lo que tenían: dinero, joyas, terrenos, etc. Y así fundó lo que sería y es su gran obra: “El Hogar de Cristo”. Con incansable amor, salía en su camioneta verde a recoger a los pobres y a los niños para llevarlos al Hogar de Cristo a tomar leche caliente y dormir en una verdadera cama. En cada necesitado veía a Cristo sufriente.
Entre las muchas actividades del Padre Alberto Hurtado, también están sus publicaciones y conferencias sobre el sacerdocio, los problemas de la adolescencia, el catolicismo, la educación y el orden social, fue, además fundador de la Revista Mensaje y de las Acción Sindical Chilena.
Un día, San Alberto Hurtado cayó enfermo de cáncer, hospitalizado y con muchos dolores, nunca se quejó. Aceptaba la voluntad de Dios y repetía: “Contento, Señor, Contento”.
El 18 de agosto de 1952 el Señor se lo llevó junto a Él. Beatificado en 1994, por el Papa Juan Pablo II y canonizado en 2005 por el Papa Benedicto XVI.