Nació en Messina (Italia), el día 5 de julio del 1851. Con diecisiete años de edad, consiguió que su confesor le permitiera comulgar diariamente. Visitaba asiduamente la iglesia de San Juan de Malta, donde se quedaba horas enteras en oración ante el sagrario o el Santísimo expuesto, sintiendo desde entonces una profunda necesidad por rogar por las vocaciones sacerdotales.
Fue ordenado de diácono el 26 de mayo de 1877 y de sacerdote el 16 de marzo del 1878.
A principios del año 1878, un encuentro providencial con un mendigo ciego en un callejón de Messina, lo llevó al barrio más pobre y de más mala fama de la ciudad. Aníbal le preguntó por su nombre y dónde vivía: “Me llamo Francisco Zancone y vivo en Avignone”. Le dio una limosna y le prometió visitarlo en su casa. Inmediatamente después de ordenarse de sacerdote, se metió de lleno en el barrio a trabajar con aquellas personas, a fin de convertirlos en verdaderos ciudadanos y auténticos cristianos. En ese barrio, sus habitantes y especialmente los niños, vivían en la más extrema pobreza, donde la degradación moral estaba casi generalizada y donde todo aquello que sonara a religioso, era completamente ignorado; ningún sacerdote se había preocupado seriamente de este problema y así, entre penurias, dificultades y amenazas, viendo auténticos dramas familiares, pero teniendo unas ansias enorme de salvarlos y liberarlos, comenzó su trabajo evangelizador, siendo su primera obra la creación de un orfanato femenino en 1882 y un año más tarde, la creación de otro masculino. Asimismo, creó una sastrería y una zapatería, con el fin de que los huérfanos se iniciaran en las tareas laborales y comerciales.
El 1 de junio de 1927, el padre Aníbal María Di Francia, moría santamente en una casa de campo en Guardia (Messina). Beatificado el 7 de octubre de 1990 y canonizado el 16 de mayo del año 2004, por SS. Juan Pablo II.
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