Nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. A los 33 años fue ordenado sacerdote. El respeto que tenía por la santa misa era tan grande, que entre su ordenación sacerdotal y su primera misa pasaron tres meses; tiempo que dedicó a prepararse lo mejor posible a la santa celebración. 

Viendo que el estado de relajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida más santa posible y a enfervorizar a los fieles. Y fundó los Padres Teatinos. Por todas partes predicaban la conversión. 

Sentía un inmenso amor por Nuestro Señor, y lo adoraba especialmente en la Sagrada Hostia en la Eucaristía y recordando la santa infancia de Jesús. Su imagen preferida era la del Divino Niño Jesús. 

Un día en su casa de religiosos no había nada para comer porque todos habían repartido sus bienes entre los pobres. San Cayetano se fue al altar y dando unos golpecitos en la puerta del Sagrario donde estaban las santas hostias, le dijo con confianza: “Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer”. Al poco rato llegaron unas mulas trayendo muy buena cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban. 

Murió el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años, desgastado de tanto trabajar por conseguir la santificación de las almas. Beatificado en 1629 por el Papa Urbano VIII y canonizado en 1671 por el Papa Clemente X.

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