Nació en 1812. A los cuatro años murió su papá. Entró al seminario de Vic, Cataluña, en 1822. Tras sentir el llamado de Dios a ingresar a la Orden de Predicadores, ingresó al convento de Gerona e hizo su primera profesión en 1831. Durante sus años de formación se dice que «nada se veía en él de extraordinario, pero llamaba la atención por hacer tan bien las cosas ordinarias». Recibió el diaconado en 1835 en Barcelona.
El gobierno prohibió celebrar el sacramento del Orden, sin embargo, logró ordenarse en mayo de 1836. Durante varios años ejerció el ministerio como coadjutor y misionero en varias diócesis de Cataluña. Su fama de predicador creció rápidamente.
Impresionado por la realidad social y religiosa que observaba, empezó a promover la educación en los pueblos, especialmente para las mujeres. Esto lo llevó a fundar la Congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata el 15 de agosto de 1856. La congregación se extendió rápidamente, a pesar de las dificultades.
En diciembre de 1869 sufrió un ataque de apoplejía. Su salud empezó a declinar. Falleció el 2 de abril de 1875. Beatificado en 1979 por S.S. Juan Pablo II y Canonizado en 2009 por S.S. Benedicto VI.