Francesco Spinelli nació en Milán (Italia) el 14 de abril de 1853. Desde pequeño se interesó por los niños y organizó espectáculos gratuitos de marionetas. Sus padres lo autorizaron para que visitara a los pobres y enfermos, a quien les llevó apoyo moral y económico.
Invitado por un tío sacerdote se fue a estudiar a Bergamo y decidió ingresar al seminario para ordenarse el 17 de octubre de 1875.
Antes de culminar el año, tuvo una visión en la Basílica Santa María la Mayor. Se arrodilló, lloró, oró y soñó “con un enjambre de vírgenes que adorarían el Santísimo Sacramento a perpetuidad”.
El P. Spinelli comenzó su apostolado en la educación de los más pobres y en paralelo fue profesor del seminario, guía espiritual y consejero de varias comunidades femeninas de religiosas.
En 1882 conoció a Caterina Comensoli, que deseaba convertirse en religiosa de alguna congregación que se dedicara a la Adoración Eucarística.
Ese año logró fundar, junto con Caterina Comensoli, el Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento.
Hacia 1888 cientos de jóvenes eran atraídos por el carisma de la adoración y el servicio. Las hermanas dedican día y noche a la Adoración Eucarística y de esta forma, inspirar su servicio hacia los hermanos pobres y sufrientes en los que se “revela el rostro de Cristo”. También las escuelas, oratorios, sanatorios y ancianos solitarios fueron motivo de trabajo apostólico de la institución.
Sin embargo, la crisis financiera, el ambiente hostil y la falta de compromiso de algunos sacerdotes para con la obra, hicieron que el P. Spinelli fuera obligado a abandonar el instituto y la Diócesis de Bergamo.
Entonces fue recibido por Mons. Geremia Bonomelli, Obispo de la Diócesis de Cremona. Desde la comunidad de Rivolta d’Adda el P. Spinelli continuó liderando el instituto de adoradores, los que al momento de su muerte llegaron a ser 68 comunidades.
Rodeado de una gran reputación de santidad, murió el 6 de febrero de 1913 y fue enterrado en la iglesia de las Hermanas Adoratrices en Rivolta d’Adda.
En la actualidad el instituto tiene alrededor de 250 comunidades en Italia, Congo, Senegal, Camerún, Colombia y Argentina. En esos lugares se dedican a la atención de personas con VIH, huérfanos, drogodependientes, privados de libertad, entre otros.
Beatificado 21 de junio de 1992 por el Papa Juan Pablo II, y canonizado el 14 de octubre de 2018 por el Papa Francisco.