Padre de amor te alabamos y te bendecimos por la expansión del cristianismo a través de tantos evangelizadores que llegaron a todos los rincones del mundo mediante el testimonio y la entrega de sus vidas. Hoy te damos gracias por la Iglesia que peregrina en Chile, cuna de grandes santos contemporáneos con San Alberto Hurtado, Teresa de los Andes y otros. Fortalece el proceso evangelizador que tantos agentes entre laicos, religiosos y religiosas, diáconos, sacerdotes y obispos están realizando en esa tierra fecunda para un cristianismo auténtico que persiste aún en medio de persecuciones y cuestionamientos. Ayúdalos y permite que el proceso evangelizador siga dando frutos de santidad.