Para que El Señor, que es la Vid, alimente y vivifique los corazones de sus habitantes con la sabia del amor y la verdad, y así, puedan dar fruto en abundancia, siempre de la mano de la Virgen María, Sarmiento por excelencia.
Para que El Señor, que es la Vid, alimente y vivifique los corazones de sus habitantes con la sabia del amor y la verdad, y así, puedan dar fruto en abundancia, siempre de la mano de la Virgen María, Sarmiento por excelencia.
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