Dios Todo Poderoso y Eterno, te entregamos a este país Sudamericano, para que encuentres en sus habitantes un corazón dispuesto para recibirte particularmente en esta Semana, culmen de la vida cristiana y donde entendemos que Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. (Cf. Jn 14:6)