PARA COMPARTIR CON NUESTRA COMUNIDAD

  • El profeta es el canal por donde llega la Palabra de Dios a su pueblo. Este – el profeta- debe estar atento y presto a comunicar lo que escucha. Dios está enviando permanente mensajes que reorientan la conducta de los creyentes, en vistas a que consigan la vida. Esto no lo puede perder nunca de vista el profeta (Ez 33, 7-9).
  • Pablo enseña a la comunidad cristiana de Roma que en el corazón creyente no debe anidar hacia el prójimo más que amor. Este amor es el que hace posible que la ley no se entienda como una imposición arbitraria, sino como el único camino realmente humano. Además, el amor hace que entendamos la ley de Dios como camino de libertad para el bien, es decir, nos hace entender la verdadera libertad (Rm 13, 8-10).
  • Este Evangelio nos habla de un amor y misericordia verdaderos hacia los hermanos, porque nos invita a agotar todos los recursos para hacer que los extraviados vuelvan al camino, evitando decisiones automáticas y facilistas. Además, la corrección fraterna es puesta aquí como instrumento de salvación (Mt 18, 15-20).
  • En cada eucaristía, el acto penitencial nos invita a reconocer siempre nuestra condición pecadora, por tanto, a estar atentos a la Palabra que nos sugiere la forma de irnos enmendando y renovando.
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