- En este pasaje de Ezequiel “el presente” adquiere toda su carga de responsabilidad y definitividad. Después de todo, es la oportunidad que tenemos a mano, para convertirnos. De nada vale haber obrado bien en el pasado, si al presente nos hemos alejado de Dios pecando. Es el momento actual, lo que realmente tenemos ante Dios. Por ello, tampoco un pasado pecaminoso nos determina, si al presente hemos abandonado los malos caminos para seguir los caminos de Dios (Ez 18,25-28).
- El apóstol Pablo, habla a aquellos de la comunidad cristiana de Filipos que han sido constituidos en autoridad con el fin de llevarlos a imitar la autoridad de Cristo que han recibido. Una autoridad para dar testimonio del amor y trabajar sin cesar por la comunión. Una autoridad para servir con generosidad, para estar siempre despiertos a las necesidades de los demás. Una autoridad no para ponerse por encima de los demás, no para imponer, sino para abajarse y elevar a todos a su real dignidad (Flp 2,1-11).
- “Hijo, ve hoy a trabajar a la viña”. En la parábola Jesús remarca el tiempo presente como tiempo para trabajar. Ya en el Evangelio de san Juan, Jesús señalaba que el trabajo al que llamaba el Padre era a que creyeran en quien él había enviado (Juan 6,29), cosa que no hicieron los sumos sacerdotes y los ancianos, pero que si hicieron los publicanos y las prostitutas (Mt 21,28-32). El “hoy” para los judíos era la predicación de Juan el Bautista, pero no todos aprovecharon ese hoy.
- En cada eucaristía todos, como hijos, recibimos la invitación a trabajar en la viña del Padre. Pues a todos se nos predica para que creamos. No desaprovechemos el hoy de la eucaristía, sino, permitamos que la Palabra penetre lo más íntimo de nuestro corazón, nos convierta y nos lleve al cambio de vida.
- CEC 1807: el hombre justo se distingue por su rectitud habitual hacia el prójimo; CEC 2842: solo el Espíritu Santo puede hacer nuestros los sentimientos de Jesús; CEC 1928-1930, 2425-2426: la obligación de la justicia social; CEC 446-461: el señorío de Cristo; CEC 2822-2827: “hágase tu voluntad”.