PARA COMPARTIR CON NUESTRA COMUNIDAD – Clero Hoy 566

  • El profeta nos invita a pensar que el tiempo de la vida terrena, siempre es tiempo propicio para buscar y encontrar a Dios, para regresar a él si nos hemos alejado. Invita al malvado a abandonar su camino, que conduce hacia ninguna parte y seguir el camino de Dios que se muestra en su Palabra; invita al criminal a abandonar sus planes, que son de muerte y a seguir el plan de Dios que es vida en abundancia (Is 55, 6-9)
  • Para el Apóstol Pablo el conocer a Cristo y seguirlo ha significado para él encontrarle todo el sentido tanto a la vida como a la muerte. La vida para él se ha convertido en una tarea permanente y fascinante: llevar la verdad a todos los hombres, transmitir el mensaje de salvación, formar a Cristo en los hermanos. La muerte para él ha perdido su carácter fatídico y destructor, para convertirse en el paso definitivo para encontrarse con Cristo y entrar a participar de la vida feliz y de la comunión perfecta con todo lo demás (Flp 1,20c – 24. 27ª)
  • La parábola del propietario que salió a contratar jornaleros para su viña. Nos debe llevar a pensar que nunca es demasiado tarde para convertirnos en apóstoles, o mejor dicho, para responder a esa vocación que recibimos en nuestro bautismo. Pero también nos hace pensar en tantos bautizados a quienes no les hemos ayudado a descubrir y realizar su vocación al apostolado y nos dicen “nadie nos ha contratado” (Mt 20,1-16).
  • En cada eucaristía escuchamos la voz del propietario que nos invita a trabajar en la viña, es decir, en su Iglesia. Todos los bautizados estamos llamados a trabajar por hacer que la Iglesia de Cristo crezca no solo en número, sino en santidad.
  • CEC 210-211: Dios de misericordia y de piedad, CEC 588-589: Jesús identifica su compasión hacia los pecadores con la de Dios.
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