- El profeta Isaías, revelando que el Rey Ciro de Persia es un ungido del Señor, algo inconcebible para un Israelita. Está diciendo, por una parte, que cualquier hombre de la tierra puede servir de instrumento a Dios para llevar a cabo sus designios. Y, por otro lado, el poder y la autoridad que tiene algunos hombres en este mundo, están sujetos, a la voluntad “todo poderosa” de Dios; de tal manera que el destino o la suerte de los hombres no depende en primera instancia de ningún hombre, sino solo de Dios (Is 45, 1.4-6).
- El Apóstol Pablo quiere mostrarnos en la comunidad cristiana de Tesalónica un modelo de comunidad; donde fe, esperanza y caridad, no son simples conceptos, sino, actividad, esfuerzo y firmeza. Una fe que construye personas; un amor que es esfuerzo constante de superación del odio y la opresión; una esperanza que es aceptación de lo bueno como bendición y aceptación de lo no tan bueno como ejercicio para crecer en la virtud (1Ts 1,1-5b).
- La preguntan que hacen a Jesús sus adversarios tiene un tinte político. Lo quieren poner en aprietos ya sea con la autoridad terrena, ya sea con los judíos. Jesús no ha hecho sino insistirles en lo que exige la autoridad divina “ir a trabajar a la viña, dar los frutos correspondientes a Dios”, pero ellos se han resistido a responder a estas exigencias. Jesús no tiene reparo en decir que a la autoridad humana se le debe dar lo propio, pero les insiste “den a Dios lo que es de Dios”, y con todo, eso es lo más importante (Mt 22,15-21).
- En cada eucaristía los creyentes “damos a Dios a lo que es de Dios” el homenaje de nuestra alabanza, nuestra adoración, nuestra acción de gracias, más aún, a nosotros mismos. Pero sabemos que este homenaje se prolonga más allá de la eucaristía, todo el día, toda nuestra vida.
- CEC 1897-1917: la participación en la esfera social; CEC 2238-2244: los deberes de los ciudadanos.