PARA COMPARTIR CON NUESTRA COMUNIDAD – Clero Hoy 577

  • El profeta invita a preparar el camino del Señor en el desierto. Precisamente, en el silencio y la soledad es donde los hombres nos podemos volver sobre nosotros mismos y darnos cuenta cómo está nuestra relación con Dios; recomenzar desde un estilo de vida distinto, aquella relación vivificante en la que Dios pueda manifestar su gloria (Is 40,1-5.9-11).
  • El apóstol Pedro nos invita a esperar y apresurar la llegada del Señor, su manifestación gloriosa, mediante una conducta santa y piadosa. Entendemos, entonces, que la espera del Señor no es pasiva, sino activa. Esperar en el Señor es dar testimonio de vida evangélica y de oración incesante. El Señor quiere llegar a través de nosotros a aquellos que no le conocen, para llegar de manera definitiva cuando todos lo conozcan (2P 3,8-14).
  • Juan el Bautista prepara el camino a Jesús predicando y bautizando. Aunque el bautismo de Juan era solo preparatorio, indica la actitud de aquellos que están dispuestos a dejar una vida sin referencia a Dios, para abrirse a él y dejarse guiar por Él. Jesús trae el bautismo con el Espíritu Santo que hará partícipes de la vida eterna a quienes lo reconozcan como el Mesías el Hijo de Dios (Mc 1,1-8).
  • En cada eucaristía sigue resonando la voz profética que nos invita a seguir preparando el camino del Señor en los corazones de los hombres, esa voz que nos dice que está presente entre nosotros Aquél que es más fuerte que todos los poderes del universo, y, cuyo poder se revela salvador en todo aquel que obedece a su Palabra y se alimenta con su cuerpo y sangre
  • CEC 522, 711-716, 722: los profetas y la espera del Mesías; CEC 523, 717-720: la misión de Juan Bautista; CEC 1042-1050: los cielos nuevos y la tierra nueva.
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