- En esta profecía de Malaquías Dios se queja de los sacerdotes, pues no están cumpliendo su tarea de ser aquellos promotores de la gloria de Dios. Ellos que debían presentar lo mejor a Dios, habían degradado el culto con ofrendas miserables; luego, habían degradado la ley interpretándola según sus intereses. Este escándalo de los sacerdotes había hecho del culto a Dios algo irrisorio (Ml 1,14b-2,2b.8-10).
- El Apóstol Pablo Habla a la comunidad de Tesalónica como un verdadero Pastor, con delicadeza, confesándoles su amor por ellos. Yendo más allá de la condición de maestro, buscando no solo transmitirles una enseñanza, sino darse a sí mismo. No buscando intereses económicos, porque lo que buscaba de la comunidad no era su manutención, sino su conversión y su fe (1Ts 2,7b-9.13)
- Jesús invita a sus discípulos a adoptar actitudes contrarias a las de los escribas y fariseos. Que sean coherentes, que enseñen tanto con las palabras como con el testimonio; que obren el bien no para ser vistos por la gente, sino para agradar a Dios. Con la presencia de Jesús en el mundo, ya no hay más maestros para enseñar el camino de Dios, pues Él es el único maestro y el único camino. Ya no hay que llamar padre a los patriarcas, pues Jesús nos ha conseguido la filiación divina a todos los hombres, por tanto, ser “hijo de Dios” es el único título que nos conviene y “Padre” el título que corresponde solo a Dios (Mt 23,1-12).
- En cada eucaristía, Jesús, nos enseña. Lleguemos siempre bien dispuestos a escuchar sus enseñanzas, pues sus palabras son palabras de vida eterna.
- CEC 2044: la acción moral y el testimonio cristiano; CEC 876, 1550-1551: el sacerdocio es un servicio; la fragilidad humana de los jefes.