“Camina subiendo al monte, recogiendo y cuidando su rebaño. Busca especialmente la oveja perdida, presta especial atención a la herida, se fija en quien pasa y en quien está ausente”. (P. Francisco)
En este IV domingo de Pascua, la liturgia nos propone, como tema central, la figura del buen pastor, que tiene una honda raigambre cultural y religiosa. Así como profundizamos en este símbolo, pedimos por los pastores de la Iglesia y por las vocaciones sacerdotales. Que el Espíritu Santo suscite vocaciones generosas, que den testimonio del Señor resucitado. Felicitaciones y un abrazo mutuo.