Continuamos con el Tiempo Pascual: La fiesta de la Pascua, que es la más grande para nosotros los cristianos, dura cincuenta días, hasta del Domingo de Pentecostés; es la Cincuentena pascual. Según las normas del calendario litúrgico, se han de celebrar “con alegría y júbilo, como si se tratara de un solo y único día festivo, como ‘un gran domingo’” (san Atanasio). Son los días más apropiados para el canto del Aleluya, que es un canto de fe, entusiasmo y gozo. Aleluya significa “alaben al Señor”.
Al concluir el Tiempo Pascual, en Pentecostés, se forma como un gran arco, con dos puntos de apoyo: los hechos salvíficos de la Pascua, es decir, la pasión, muerte y resurrección de Jesús, como inicio, y el don del Espíritu Santo como aliento y vida, que impulsa a la Iglesia al anuncio del Evangelio, como conclusión.