Estimados sacerdotes,
Con corazones llenos de gratitud y renovado fervor, celebramos la culminación de este Mes de Renovación Sacerdotal 2024. Ha sido un tiempo de gracia y crecimiento espiritual, en el que hemos profundizado nuestra identidad sacerdotal y nuestro compromiso con el servicio a Dios y a su pueblo.
A lo largo de estas semanas, hemos recorrido un camino de reflexión, oración y encuentro fraterno. Hemos recordado nuestra vocación, hemos renovado nuestros votos y hemos alimentado nuestra fe. Los talleres, retiros espirituales y momentos de compartir han sido espacios propicios para fortalecer nuestros vínculos como comunidad sacerdotal y para encontrar inspiración en el testimonio de nuestros hermanos.
Frutos de nuestra renovación:
- Fortalecimiento de la fe: Hemos profundizado nuestra relación personal con Cristo y renovado nuestro compromiso con el Evangelio.
- Renovación espiritual: Hemos experimentado un crecimiento espiritual a través de la oración, la meditación y los sacramentos.
- Fortalecimiento de la comunidad sacerdotal: Hemos consolidado nuestros lazos fraternos y renovado nuestro compromiso con el servicio común.
- Renovación pastoral: Hemos adquirido nuevas herramientas y perspectivas para nuestro ministerio, con el objetivo de servir mejor a nuestros fieles.
Un llamado a la acción:
Este mes de renovación ha sido un punto de partida, no un punto final. Llevemos el espíritu de este encuentro a nuestras parroquias, comunidades y ministerios. Seamos testigos del amor de Cristo en cada uno de nuestros actos y palabras.
Como sacerdotes, estamos llamados a ser instrumentos de la esperanza y de la reconciliación. Que nuestra vida y nuestro ministerio sean un reflejo del amor misericordioso de Dios.
Agradecimientos especiales:
- A cada uno de los Obispos o Superiores Religiosos, por su apoyo y guía incondicional para el encuentro de estos hermanos.
- Al equipo sacerdotal del Instituto de Pastoral del Clero.
- A nuestros hermanos sacerdotes de Panamá, Colombia, EEUU, Perú e India por su participación y compromiso.
¡Que la gracia del Señor los acompañe siempre!
