El Instituto de Pastoral del Clero, ubicado en El Rodeo, La Ceja, Antioquia, Colombia, se dedica a acompañar a obispos, sacerdotes y diáconos de Latinoamérica. Su objetivo es ofrecer formación y apoyo pastoral para fortalecer el ministerio y la labor evangelizadora en la región.

POR UNA IGLESIA SINODAL: COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN Y MISIÓN

El Papa Francisco promulgó el documento final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos el 24 de noviembre de 2024. Estamos a poco menos de dos meses de cumplirse el año de este documento y nos preguntamos cómo hemos seguido los caminos sugeridos, las prácticas que invitó a implementar y la exploración de los horizontes que se propusieron. Hemos, en verdad, después de este sínodo 2021-2024 captado como Iglesias locales el llamado a la alegría y a la renovación de la Iglesia en el seguimiento del Señor, en el compromiso a servicio de su misión, y en la búsqueda de los modos para serle fiel.

Que hermoso que en nuestras comunidades se entienda y se viva la sinodalidad como nos lo propone el número 30 del documento. Como la forma de vida y de misión propia e la Iglesia, que se hace patente en la escucha comunitaria de la palabra de Dios y la celebración eucarística, la fraternidad de la comunión y la corresponsabilidad y participación de todo el pueblo de Dios, en sus diferentes niveles y en la distinción de los diversos ministerios y roles, en su vida y en su misión; Que la sinodalidad también designa aquellas estructuras y procesos eclesiales en los que la naturaleza sinodal de la Iglesia se expresa a nivel institucional, de modo análogo, en los diversos niveles de su realización: local, regional, universal; Y entender la sinodalidad como la realización puntual de aquellos eventos sinodales en los que la Iglesia es convocada por la autoridad competente y según procedimientos específicos determinados por la disciplina eclesiástica implicando…todo el pueblo de Dios…para el discernimiento de su camino y de las cuestiones particulares, y para la toma de decisiones y orientaciones en orden al cumplimiento de su misión evangelizadora.

Como pastores del pueblo de Dios es nuestra responsabilidad y tarea que el pueblo de Dios asuma la sinodalidad como una disposición espiritual que debe impregnar toda la vida cotidiana de los bautizados y todos los aspectos de la misión de la Iglesia. Es una espiritualidad sinodal que brota de la acción del Espíritu Santo y requiere escucha de la Palabra de Dios, la contemplación, el silencio y la conversión del corazón (Cfr. n 43).

El proceso sinodal que hemos comenzado nos llama a todos los bautizados a la conversión, en el número 11  se nos dice: “El Documento final expresa la conciencia de la llamada a la conversión de cada Iglesia local y de la Iglesia toda, en la perspectiva indicada en la exhortación apostólica Evangelii gaudium (Cfr. EG 30)”. A nosotros como ministros nos convendría leer nuevamente los numerales 69 al 78 y revisar qué pasos hemos dado respecto a la conversión en las relaciones y colaboración entre los ministros ordenados. Y como ha sido la relación, aprecio y apoyo a los ministerios distintos de los ordenados (lector y acólito) y a los ministerios no instituidos ritualmente (coordinadores de pequeñas comunidades eclesiales, personas que dirigen la oración comunitaria, personas que organizan acciones caritativas, etc.). 

Que ir revisando las tareas que nos dejó la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, sea la oportunidad para una renovación permanente que nos lleve a ser en verdad una Iglesia donde se viva plenamente la comunión, participación y misión.

José Humberto

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