¿A quiénes he de servir? ¿Hasta dónde llega mi misión como presbítero? ¿Ella va más allá de las fronteras de mi parroquia y de mi diócesis?
La respuesta de Jesús a todos sus discípulos es que hemos de Ir a evangelizar el mundo entero (Mc 16, 15). Hemos de ir a hacer discípulos a todas las gentes (Mt 28, 19 -20). Esta es la respuesta hoy para todos los laicos, los religiosos y, sobre todo, para los presbíteros Así, nuestra misión es universal como la de los Apóstoles (Ver P.O 10) y, por ello, hemos de sentir las necesidades de toda la Iglesia y tener una disponibilidad y un compromiso real para evangelizar la comunidad que se nos ha encomendado y, desde allí, cooperar efectivamente a la evangelización universal. A evangelizar, sobre todo, a los no cristianos. No es raro, entonces, que vayamos a decirle al Obispo: estoy disponible para ir a evangelizar donde Dios me necesite. Un párroco lo hará siendo misionero en su comunidad y, desde ahí, siendo misionero para el mundo entero.
Así, Dios nos envía a compartir nuestro pan material y nuestro pan de la fe. Y compartiremos ese Pan por varios motivos:
- Porque Dios nos lo ha dado para compartirlo; y porque compartirlo será un especial signo de nuestro amor a Dios.
- Porque los misioneros y los que ellos evangelizan son hermanos nuestros y tienen necesidades grandes, que nosotros podemos ayudar a resolver.
- Porque compartiendo nuestro pan a todos lograremos cumplir nuestra misión y, así, seremos bendecidos y salvados.
Todo lo anterior nos mueve como sacerdote a dar nuestra personal ofrenda económica, que manifieste cuánta fe tengo. Me lleva, a cooperar más con mi oración por las misiones. Y me lleva a cooperar con servicios a la evangelización universal. Yo mismo me hago más misionero y hago que mi comunidad sea más misionera, dentro de ella y hacia el mundo entero. Y ayudo a que otros hermanos de mi comunidad se dejen enviar como misioneros a evangelizar más allá de las fronteras de mi comunidad. Así soy misionero para el mundo entero.
Compartamos con nuestra comunidad sobre este envío que Dios nos hace a ser misioneros ahí mismo y, desde ahí, misioneros para el mundo entero. Felicidades y muchas bendiciones en este octubre misionero.
