- El Mesías profetizado por Zacarías es Rey, viene a traer la justicia de parte de Dios que es liberación de los hombres; victorioso, pues vencerá la muerte y el pecado para siempre; modesto, pues su grandeza no depende de apariencias externas; cabalgando en un asno, ya que no vendrá a dirigir guerras sino a establecer la paz. En la entrada de Jesús a Jerusalén el domingo de ramos se cumple esta profecía. (Za 9, 9-10)
- El apóstol define la nueva vida de los bautizados. Vida en el Espíritu de Cristo, es decir, que si poseemos el mismo Espíritu de Jesús debemos ser como él, buscar en todo la voluntad del Padre y no dejarnos esclavizar por los apetitos carnales (Rm 8, 9.11-13).
- Jesús señala la disposición para que nos sean revelados los misterios del Reino de Dios, esto es la sencillez. Que comporta la búsqueda sincera de Dios – no de sí mismo- con el único fin de saber cómo agradarle (Mt 11, 25-30).
- En la eucaristía los que estamos cansados y agobiados encontramos la luz de la Palabra que nos ilumina y consuela, y el pan eucarístico que nos conforta para seguir adelante. En la eucaristía encontramos a Jesús, él es el verdadero alivio a todos nuestros males y sufrimientos. Seamos personas eucarísticas y convirtámonos también nosotros en alivio para los hermanos.
- CEC 514-521: el conocimiento de los misterios de Cristo, nuestra comunión con sus misterios;
- CEC 238-242: el Padre viene revelado por el Hijo; CEC 989-990: la resurrección de la carne.
