El Instituto de Pastoral del Clero, ubicado en El Rodeo, La Ceja, Antioquia, Colombia, se dedica a acompañar a obispos, sacerdotes y diáconos de Latinoamérica. Su objetivo es ofrecer formación y apoyo pastoral para fortalecer el ministerio y la labor evangelizadora en la región.

LA IGLESIA CATÓLICA EN MÉXICO DE LA MANO DEL VATICANO BUSCA AYUDAR A SACERDOTES A SER MEJORES CONFESORES

¿Cómo los sacerdotes podrían ser aún mejores confesores y directores espirituales de las almas a su cuidado? La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), de la mano de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, busca responder a esa inquietud.

Se trata del segundo Curso sobre la Confesión y la Dirección Espiritual que, bajo el lema “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre”, será impartido del 13 al 17 de octubre en la sede de la CEM de Casa Lago, en el Estado de México, por Mons. Krzysztof Józef Nykiel, regente de la Penitenciaría Apostólica, y el P. Jaime Emilio González Magaña, S.I., prelado teólogo de la Penitenciaría Apostólica.

Será una “semana de actualización teológica” dirigida a “todos los sacerdotes”, asegura un anuncio de la CEM.

“Cómo vivir de manera más plena la misericordia”

Entrevistado por ACI Prensa, Mons. Héctor Pérez Villarreal, Obispo Auxiliar de México y secretario general de la CEM, explicó que “este curso parte por una preocupación del Papa de que las oficinas o dicasterios del Vaticano salieran a las diócesis a compartir lo que ellos estaban haciendo”.

De esa forma, en el marco del Jubileo de la Esperanza, entre cuyos temas se encuentra la reconciliación, “la Penitenciaría Apostólica empezó a ofrecer estos cursos a diferentes países”.

Se trata, dijo, de “una actualización en materia de moral, en materia de cómo enfrentar las diferentes situaciones de pecado que se enfrentan en la confesión, de una manera más actualizada, de acuerdo a la experiencia que la Penitenciaria Apostólica tiene por las consultas que se les hace”.

“Una cosa es lo que recibimos nosotros en el seminario cuando estudiamos la Teología. Sin embargo, es bueno refrescar los conceptos y actualizarlos siempre será importante”.

El prelado mexicano subrayó que “la misericordia es la que guía la experiencia que se busca provocar y vivir en el confesionario. Entonces, este curso lo que está buscando es (abordar) cómo vivir de manera más plena la misericordia”.

“Hay que recordar que aquí hay un binomio”, subrayó: “verdad y misericordia”. “Es decir, hay que reconocer el verdadero pecado que estoy cometiendo para experimentar con mayor plenitud el perdón que Dios me da”.

Mons. Pérez Villarreal señaló que “cuando un feligrés se acerca a confesarse no sabe de teología, él comparte la experiencia. Y cada quien tiene una experiencia y la narra diferente. Entonces, tener la capacidad de escuchar la experiencia, entender cuál es la verdad que está de fondo, qué se está confesando, y poder compartir la misericordia y el consejo necesario siempre es un tema complejo que sin duda supone la gracia para el confesor, pero también la pericia”.

La mayoría de las direcciones espirituales se dan en el confesionario

El secretario general de la CEM precisó que no siempre los fieles piden “explícitamente” la dirección espiritual a un sacerdote, sino que “la mayoría de los que van a confesarse la están pidiendo, aunque no le pongan nombre de dirección espiritual”.

“Y la están viviendo, porque cuando los sacerdotes nos sentamos a confesar, sabemos que no te van a enumerar solamente los pecados, sino te van a narrar experiencias y están buscando un consejo sobre esa experiencia”, dijo.

“Eso es precisamente el acompañamiento del espíritu, que es donde se ayuda a discernir qué es lo que Dios le está queriendo decir o cuál es el pecado o la tentación que está enfrentando”, añadió.

“En ese sentido, la mayoría de las direcciones espirituales se dan, sin saber, en el confesionario”, destacó.

“El misterio del hombre y su relación con Dios es algo inagotable”

El prelado resaltó además que “los misterios del ser humano, las vivencias que el ser humano experimenta, no se pueden catalogar en un libro. Los libros no dan criterios, pero las experiencias son una infinidad”.

“El mejor curso de confesión es confesando y ahí te vas dando cuenta de cómo el misterio del hombre y su relación con Dios es algo inagotable. O sea que nadie puede decir ‘yo ya las sé todas’”, dijo, y precisó que “estos cursos sirven precisamente, uno, para exponer la doctrina, pero también para compartir experiencias”.

Además, destacó que el curso “tiene un apartado para laicos”, con un día entero dedicado a temáticas “vistas desde el punto de vista del laico: cómo hacer una buena confesión, cómo vivir lo de la indulgencia plenaria en el Jubileo, etc.”.

El Jubileo de la Esperanza requiere “una experiencia de conversión”

Mons. Héctor Pérez Villarreal destacó que el Año Jubilar, esta vez especialmente dedicado a la esperanza, “requiere siempre una experiencia de conversión, porque ese es el sentido de los jubileos: volver a poner en orden lo que se ha ido, se ha estado desordenando en los últimos años y es como hacer un alto en el camino, poner en orden nuestra vida, recapacitar en nuestros errores y rectificar el camino”.

“La pregunta de fondo es: ¿qué hemos hecho con el amor que Cristo nos regaló desde la cruz?”, compartió.

Recordando que el Papa Francisco apuntaba que el confesionario “no es un tribunal para enjuiciar y regañar, sino es más bien el regazo de la madre que escucha a su hijo y quiere consolarlo”, el prelado alentó a todos los católicos a recurrir al Sacramento de la Reconciliación, en el que se encuentra “el corazón materno de la Iglesia que quiere ayudar a sus hijos a vivir plenamente”.

Tomado de ACIPRENSA

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