El Instituto de Pastoral del Clero, ubicado en El Rodeo, La Ceja, Antioquia, Colombia, se dedica a acompañar a obispos, sacerdotes y diáconos de Latinoamérica. Su objetivo es ofrecer formación y apoyo pastoral para fortalecer el ministerio y la labor evangelizadora en la región.

PARA COMPARTIR CON NUESTRA COMUNIDAD – Clero Hoy 649

  • El autor sagrado nos invita a la humildad, como Cristo nos dijo que aprendiéramos de él que es manso y humilde de corazón. Esta humildad es la que nos permite reconocer lo que realmente somos “creaturas de Dios”, por tanto, actuar como tal, referidos siempre al Creador y recibiendo de Él nuestro contenido (Sir 3,17-19.28-29)
  • El autor de la carta a los Hebreos nos dice que a través del bautismo nos hemos acercado a la realidad divina. No aquella que contemplaron los Hebreos al salir de Egipto, en el monte Sinaí, que les causaba terror y miedo, pues sus corazones no habían sido purificados. Los bautizados, al ser purificados nuestros corazones con la gracia divina, contemplamos a Dios en Cristo, en los ángeles, en los bienaventurados. Y esta manifestación nos llena de alegría, fortaleza y esperanza (Hb 12,18-19.22-24a).
  • Jesús nos invita a situarnos en el último puesto, mientras él nos muestra nuestro lugar. No queramos ocupar lugares que quizá no son para nosotros, dejándonos llevar de nuestra vanagloria. En todo caso orar, para que el Señor nos muestre el lugar (estado de vida o profesión) en la cual le podamos dar la mayor gloria y hacer el mayor bien a la Iglesia. Ahora, lo que sí tenemos es un lugar asegurado junto a él en el cielo “…y cuando haya ido y os haya preparado un lugar…” (Juan 14,2-3) ); es a este lugar al que debemos aspirar con todo el deseo de nuestro corazón (Lc 14,1.7-14)
  • En cada eucaristía sintamos como el Señor nos enaltece; no solo por convidarnos a su banquete pascual, sino porque en lugar de enseñarnos un lugar, Él toma lugar en nuestro corazón cuando lo recibimos en la sagrada comunión.
  • CEC 525-526: la Encarnación, un misterio de humildad; CEC 2535-2540: el desorden de las concupiscencias; CEC 2546, 2559, 2631, 2713: la oración nos llama a la humildad y a la pobreza de espíritu; CEC1090, 1137-1139: nuestra participación en la Liturgia celeste; CEC 2188: el domingo nos hace partícipes en la asamblea festiva del cielo.

 

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